Para millones de cubanos, el del domingo fue el tercer día sin electricidad, las escuelas y las actividades no esenciales permanecerán cerradas, y hay preocupación por los hospitales en particular. Muchos hogares, que dependen de bombas eléctricas, también se quedaron sin agua. Los apagones son frecuentes en la isla debido a las anticuadas infraestructuras y a la falta de petróleo, principal fuente de sustento energético. Cuba produce sólo un tercio del combustible que consume a diario y depende principalmente del petróleo importado de Venezuela, que ha reducido drásticamente el suministro desde el 2021. El gobierno ha declarado que la electricidad se restablecerá en la mayor parte del país esta tarde. Mientras tanto, la gente ha empezado a apañárselas como puede cocinando en la calle con leña para que no se pudra la comida, y encendiendo velas entre el calor sofocante y los mosquitos. Mientras tanto, en la provincia oriental cubana de Guantánamo, cerca de la ciudad de Baracoa, el huracán Oscar tocó tierra con vientos de hasta ciento veinte kilómetros por hora. Su llegada prevista como ciclón de categoría uno se degradó posteriormente a tormenta tropical. Se registraron tormentas eléctricas y lluvias en las provincias del este del país, así como inundaciones moderadas en zonas bajas. Los medios de comunicación cubanos informaron que la costa se vio afectada por marejadas ciclónicas con olas de dos metros y que los tejados y paredes de las casas resultaron dañados en Baracoa. Para hacer frente a la emergencia, las autoridades crearon veinte centros para desplazados. Las fuertes lluvias causaron nuevos daños en las infraestructuras energéticas, agravando la situación existente. Las previsiones anuncian un debilitamiento de Oscar para mañana, cuando golpeará la región oriental de Cuba antes de girar hacia el noreste y acercarse al centro de Bahamas.
Silvia Giovanrosa