Cientos de personas asistieron ayer domingo a dos misas en Solingen, Alemania, donde el viernes por la noche murieron tres personas y otras ocho resultaron heridas en un ataque con arma blanca perpetrado por un ciudadano sirio de 26 años. También por la tarde de ayer, en la ciudad de Renania del Norte-Westfalia jubo dos manifestaciones de tenor opuesto, una organizada por los activistas de izquierda y extrema izquierda de Antifa, la otra, a una hora de distancia, a las 18.00 horas, por los jóvenes de la ultraderechista alemana Junge Alternative. Numerosas personas participaron en el duelo de la ciudad, flores y velas marcaron la zona acordonada, donde se produjo el atentado, en pleno centro de la ciudad. El detenido, que sigue siendo el principal sospechoso, se entregó anteanoche a la policía y ya confesó. Sirio de Deir al-Sor, se encuentra en Alemania desde finales del 2022, tras haber solicitado asilo en Bielefeld. Según algunas informaciones, era conocido por la policía como extremista islámico y debía haber sido deportado el año pasado a Bulgaria, país llamado a examinar su solicitud de asilo, como exige el Tratado de Dublín, pero se le perdió la pista. Al parecer, la policía también detuvo a otra persona en un centro de acogida de refugiados, también en Solingen. El autodenominado Estado islámico reivindicó el atentado, perpetrado, según un comunicado, por un «soldado» del Is, «para vengar a los musulmanes de Palestina y de todas partes».
Francesca Sabatinelli
