18 marzo, 2024

El Papa llama a la sanación en un Chipre dividido y el arzobispo ortodoxo ataca a Turquía

El Papa Francisco dirige la Santa Misa en el GSP Stadium, en Nicosia, Chipre, 3 diciembre 2021. REUTERS/Amir Cohen

NICOSIA, 3 dic (Reuters) – El papa Francisco llamó a la sanación durante una misa al aire libre en Chipre, a la vista de una enorme bandera turcochipriota en la ladera de una montaña al otro lado de la línea que divide la isla desde hace casi medio siglo.

El Santo Padre comenzó su primer día completo en Chipre con una reunión con los líderes de la Iglesia Ortodoxa, la mayor comunidad cristiana de la isla. Allí, Francisco volvió a expresar su deseo por la unidad entre las ramas oriental y occidental del cristianismo, divididas desde 1054.

Sólo hay 38.000 católicos en la isla, que representan alrededor del 4,7% de la población, y para muchos la misa en el estadio fue el punto culminante de la visita de dos días del Papa.

El Sumo Pontífice preparó su homilía en torno al tema de la sanación y el dolor compartido, temas que tocan la fibra sensible de todos los chipriotas en una isla dividida en dos desde la invasión turca de 1974, desencadenada por un golpe de Estado liderado por grecochipriotas.

“La sanación se produce cuando cargamos juntos con nuestro dolor, cuando afrontamos juntos nuestros problemas, cuando nos escuchamos y nos hablamos”, dijo Francisco.

Los innumerables intentos de mediación en Chipre han fracasado y el proceso de paz se estancó en 2017 cuando las conversaciones colapsaron. Decenas de miles de greco y turcochipriotas siguen desplazados internamente.

La enorme bandera turcochipriota pintada en la ladera de la montaña, que se ilumina por la noche, es un recordatorio constante de la división.

El Papa sólo visita el sur de la isla, controlado por el gobierno chipriota reconocido internacionalmente. El estado separatista turcochipriota del norte de Chipre sólo es reconocido por Ankara.

En su reunión con el Papa, el arzobispo ortodoxo de Chipre, Crisóstomo II, atacó a Turquía.

Muchos lugares de culto cristianos fueron convertidos en mezquitas, iconos y reliquias de valor incalculable fueron contrabandeados al extranjero y los nombres de los lugares cambiaron tras el conflicto.

“No sólo imitaron al sanguinario Atila, sino que lo superaron”, dijo Crisóstomo a Francisco, refiriéndose a un gobernante del siglo V de los hunos y enemigo del cristianismo. “En esta santa y justa lucha (…) nos gustaría contar con su apoyo activo”, dijo Crisóstomo.